Estados Unidos ordenó a las familias de sus diplomáticos en Ucrania abandonar el país ante la amenaza persistente de una operación militar rusa

Los países occidentales acusan al gigante bicontinental de desplegar tanques, artillería y unos cien mil soldados en la frontera para preparar un ataque. Mientras que la nación que dirige Putin niega cualquier intención bélica, pero condiciona la desescalada a tratados que garanticen la no expansión de la OTAN, en particular a Ucrania, así como la retirada de la Alianza Atlántica del este de Europa, algo que los occidentales consideran inaceptable.


Estados Unidos ordenó a las familias de sus diplomáticos en Ucrania abandonar dicho país, cuando los temores a una invasión rusa aumentan antes de una reunión de países occidentales en busca de coordinar su respuesta y eventuales sanciones contra Moscú.

El anuncio fue realizado por el Departamento de Estado, estableciendo que el personal local puede dejar la embajada si lo desea y los ciudadanos estadounidenses residentes en Ucrania “deberían considerar ahora” dejar el país en vuelos comerciales u otros medios de transporte, añadió el comunicado oficial.

Además, Washington desaconsejó a sus ciudadanos viajar a Rusia. “Se recomienda fuertemente a los ciudadanos estadounidenses evitar viajes a Rusia”, indicó el Departamento de Estado.

La decisión se explica por “la posibilidad de hostigamiento a los ciudadanos estadounidenses”, en particular por parte de la policía rusa, y “una aplicación arbitraria de las leyes locales”, manifestó.

Los cancilleres de la Unión Europea (UE) buscarán alinear posiciones con la nación norteamericana en un cónclave por videoconferencia, en la que participará el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

Precisamente esta alta autoridad informará sobre su conversación del viernes con su par ruso, Serguéi Lavrov, en Ginebra, cuando las dos partes acordaron continuar trabajando para bajar tensiones, aunque no lograron un acuerdo para frenar la escalada en la crisis.

Los países occidentales acusan al gigante bicontinental de desplegar tanques, artillería y unos cien mil soldados en la frontera con Ucrania para preparar un ataque.

Por su parte, la nación que dirige Vladimir Putin niega cualquier intención bélica, pero condiciona la desescalada a tratados que garanticen la no expansión de la OTAN, en particular a Ucrania, así como la retirada de la Alianza Atlántica del este de Europa, algo que los occidentales consideran inaceptable.

Estados Unidos y la UE han amenazado a Moscú con “consecuencias masivas” si invade Ucrania, aunque alcanzar un consenso sobre medidas duras entre los 27 miembros del bloque europeo es una tarea compleja.

Funcionarios europeos han mantenido consultas con estados miembros de la UE sobre eventuales sanciones en caso de que Putin decida invadir la ex república soviética. Los cancilleres no aprobarán opciones de sanción el lunes, pero un alto funcionario europeo insistió en que podrían ser impuestas en cuestión de “días” de ser necesario.

“Esperamos que no haya un ataque. Pero si es el caso, estamos listos para responder por medio de sanciones económicas y financieras masivas”, afirmó el jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Una reducción en las compras de gas y petróleo que representan 43% y 20% del consumo europeo de estos productos respectivamente, y que sostienen buena parte del presupuesto ruso, es una opción considerada.

Acusación británica

El gobierno ucraniano prometió el domingo seguir combatiendo a las personas y entidades prorrusas que pretenden desestabilizar a Ucrania, después de que Reino Unido acusara a Moscú de querer instalar a un líder favorable en Kiev.

“Nuestro Estado continuará su política de desmantelamiento de cualquier estructura oligárquica y política que pueda estar trabajando para desestabilizar Ucrania o ayudar a los invasores”, dijo a la AFP Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de gabinete del presidente Volodimir Zelenski.

La secretaria británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, afirmó el sábado que el Reino Unido posee informaciones fidedignas sobre maniobras de Moscú para “instalar un dirigente prorruso en Kiev”. Según Rusia, la acusación británica es “absurda”.

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